Curso de Leyes Universales

Existen siete principios básicos que gobiernan el Universo. El curso de Leyes Universales se basa en estos principios; comprenderlos y aplicarlos llevan al dominio de la propia vida, a la felicidad y la plenitud.

Con esta formación conoceremos el por qué de nuestra vida, podremos conocer todos nuestros potenciales y actuar en consecuencia para lograr lo que queramos.

SOBRE LAS LEYES UNIVERSALES:

Las Leyes Universales se basan en siete principios que guían el Universo; estos principios son: del mentalismo, de la correspondencia, de la vibración, de la polaridad, del ritmo, de causa y efecto y, por último, el principio de generación.

El principio del mentalismo afirma que el Universo es mental, que los pensamientos son materia que se manifiesta en lo exterior; así, cada uno es el fabricante de lo que le sucede y esto depende del clima mental en el que se vive. La elección entre lo positivo y lo negativo depende del camino de cada uno; si uno mismo cree que algo no pasará, ciertamente, no sucederá. Cada uno crea su propio mundo, si cambiamos nuestra forma de pensar, nuestro mundo se transformará.

El principio de correspondencia nos indica que podemos descifrar todo lo que ocurre en todos los planos de la existencia y que toda acción o acontecimiento tiene una acción análoga en cada plano; así, aplicando este principio, comprendemos cosas que de otra forma resultarían incomprensibles. Este principio nos lleva a deducir de lo conocido a lo desconocido.

El principio de vibración afirma que todo vibra; que los pensamientos positivos poseen una frecuencia de vibración muy alta y que sus colores son claros y luminosos. Por el contrario, los pensamientos negativos poseen una frecuencia lenta y sus colores son tenues y opacos. Por tanto, si tenemos pensamientos negativos su tono será bajo y apagado.

El principio de polaridad sostiene que todo es doble, que todo tiene su opuesto. Al igual que la diferencia entre el frío y el calor, sólo es una cuestión de graduación, en nuestra mente siempre existe el opuesto de un pensamiento; así, permite cambiar de un estado mental a otro siguiendo este principio.

El principio del ritmo mantiene que todo avanza y retrocede, todo posee movimiento pendular, todo posee un ritmo compensado. Todo lo que nos rodea se manifiesta en un movimiento de ida y vuelta, también estrechamente relacionado con el principio de polaridad. Esto no quiere decir que la oscilación rítmica alcance los extremos de cada polo, pero existe siempre un avance y un retroceso en todo lo que acontece en el Universo; siempre hay movimiento, nada está en reposo. Estas leyes garantizan el funcionamiento armónico del universo, conocerlas y usarlas es lo que hace que sean buenas o malas para cada uno; así pues, conociendo el principio del ritmo, sabemos que no podemos anularlo, pero también sabemos que podemos impedir que juegue con nosotros y esquivar sus efectos hasta cierto grado, dependiendo del dominio que cada uno posea de este principio.

El principio de causa y efecto sostiene que todo tiene su causa y todo tiene su efecto. Los pensamientos son energía que el motor de la mente produce; esta energía sale en forma de vibraciones que, conforme el principio del ritmo, regresan a nosotros trayéndonos el futuro. Si tienes pensamientos positivos, los pensamientos que regresan a ti serán positivos. Si haces un bien o hablas bien de alguien, ese bien regresará a ti. Las causas que se siembran tendrán sus frutos.

El principio de generación sostiene que todo tiene padre y madre, base masculina y base femenina; no diferenciación de sexo, que es la diferencia externa entre macho y hembra en el aspecto físico, sino en un plano más elevado en el que cada ser contiene en sí mismo los dos elementos iniciales. La verdad es constantemente sencilla y natural. Dios es amor e inteligencia, madre y padre, negativo y positivo. La religión es el conjunto de verdades basadas en el amor universal.